La Granada taurina: mucho donde cortar

Granada es taurina. Lo es hoy y lo fue ayer. Y muy probablemente así seguirá siéndolo mientras haya un granadino dispuesto a vivir con intensidad sus fiestas, sus tradiciones y sus costumbres. Prueba de ello es cuando el mexicano Agustín Lara quiso cantarle a la ciudad de la Alhambra recordando su historia y evocando sus paisajes como una tarde de toros, donde sangre, arena y sol confabulan para crear una bella armonía de colores en las tardes de junio.

Y Granada es taurina no porque venga alguien de fuera a decirlo sino porque en los genes, en la idiosincrasia más particular de su ser, un toro siempre ha estado dibujado en su memoria. En los cuatro puntos cardinales de la geografía, los granadinos siempre han vivido los toros con una intensidad inusitada, aunque muchos no sean conscientes de esta verdad meridiana. Por ello, los reyes de la Alhambra alancearon toros en las Plazas de Bibrrambla por el nacimiento de un nuevo heredero, los bastetanos corrieron y alancearon toros para festejar las bodas del emperador Carlos V con la hija del rey de Portugal; nobles como Pedro Tesifón de Moctezuma prefirieron quedar excomulgados de la Iglesia que traicionar los anhelos de un pueblo deseoso de correr los encierros por las calles de La Peza; aristócratas y eclesiásticos de toda clase y condición pugnaban por estar presentes en los juegos de toros y cañas que en las plazas públicas de las principales ciudades se hacían cada año al llegar las fiestas; y comoquiera que sea, la propia Corona estuvo dispuesta a dejar celebrar toros en la Alhambra para, con ello, obtener fondos con los que contribuir a su restauración y conservación durante el siglo XIX.

Granada es taurina. Y lo ha sido porque en ella han florecido cientos de toreros y su geografía, hoy reconocida por su alto valor e impacto ecológico, como ocurre al respecto de Sierra Nevada, ha sido histórico espacio donde dejar pastar las reses bravas de las provincias limítrofes durante los meses de verano. En Granada fue donde de entre todas las reales maestranzas que pueblan la nación se erigió su primera plaza de toros; y hasta otras cuatro se levantaron, de forma efímera, en la ciudad que baña el Genil. Y en sus cosos, murieron toreros como Antonio Romero y El Atarfeño: dando con su sangre blasón de héroes a quienes se visten de luces. Y en sus plazas son muchas las históricas faenas que se han cuajado y que han traspasado los umbrales de la historia: ¿dónde cuajó una de sus más históricas faenas Antonio Ordóñez sino en la plaza de toros de Granada a un juampedro en el Corpus de 1960?, ¿dónde consiguió parar los relojes, en opinión del gran Zabala, Curro Romero y firmar la que según la opinión de la afición la mejor faena de toda su carrera sino en la plaza de la avenida del Doctor Olóriz?

Y en Granada es donde la Fundación del Toro de Lidia ha conseguido incidir con una especial y singular trascendencia desde que en 2018 se inaugurara su capítulo. Aquí, en esta tierra, es donde se consiguió firmar un convenio con el Ayuntamiento de Granada y mantener reuniones con todo tipo de instituciones a nivel local y provincial, con representación de los grupos políticos mayoritarios. A los pies de la Alhambra, se han impulsado proyectos como la comisión jurídica de Tauromaquia y Derecho del Ilustre Colegio de Abogados y se trabaja con instituciones vinculadas a la Universidad de Granada para llevar la tauromaquia a la esfera estudiantil y académica. Y a la postre, en Granada fue donde la Fundación consiguió reabrir la Plaza de toros de Atarfe, cerrada después de tantos años y hacerlo con la final del II Circuito de Novilladas, de la que salió como digno triunfador Jorge Martínez.

En Granada fue donde la Fundación del Toro de Lidia consiguió involucrar a colectivos de necesidades especiales para llevar la tauromaquia a todas las esferas de la sociedad, con un proyecto pionero como el de TauroAccesible. A los pies de la Alhambra, el Instituto Juan Belmonte vino a presentar el podcast en el que se divulgaba la tradición taurina – cuatro veces centenaria – de los pueblos del norte de la provincia. Y el lugar donde, a instancias de la propia fundación, se han impulsado proyectos asociativos como las Villas Taurinas de Granada, la promoción turística de pueblos taurinos como Jérez del Marquesado y Gor; y se han divulgado sus costumbres, tradiciones, pueblos y particularidades a través de WikiTauro, el proyecto de la Fundación del Toro de Lidia y el Ministerio de Cultura, con más de cien entradas editadas por los aficionados granadinos.

Y a pesar de muchos, el próximo 4 de junio, Granada volverá a ser por muchas razones más taurina que nunca. En Motril, la semifinal del III Circuito de Novilladas volverá a situar dentro del plano taurino a dos novilleros y a dos ganaderías del máximo reconocimiento. Todo ello con un único propósito: incrementar el número de citas taurinas dentro del calendario provincial, dar espacio y visibilidad a las promesas del escalafón, contribuyendo a la regeneración de la escala de los jóvenes profesionales y llevar la tauromaquia y cuanto a ella rodea a todas las esferas de la sociedad. Así es Granada, así es su afición. Compromiso con su historia, su tradición y con el futuro.

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