Recorremos la infancia del novillero Valentín Hoyos. Criado en La Alberca (Salamanca) ha pasado su niñez con un balón en la mano pero abrieron la Escuela de Tauromaquia de Salamanca y cambió el balón por los trastos de torear.
Amante de los animales, ha pasado horas jugando entre ellos. Amigo de sus amigos y un joven muy familiar donde sus dos abuelas son sus dos pilares fundamentales, a las que dedica cada tarde que sale al ruedo. Su sobrina es clave en su día a día y uno de los motivos de luchar por su sueño.