Corría el mes de junio de 1925 cuando el nombre del polifacético Ignacio Sánchez Mejías se anunciaba en los carteles del Coso de Los Tejares. Por aquel entonces, las inquietudes vitales del diestro le habían llevado a escribir en el diario “La Unión” las crónicas de los festejos que toreaba. Aquella tarde, tras la corrida, escribió: “Córdoba es tierra de toreros. Se podría decir más: se podría decir que es como la casa de todos los toreros”.
En la historia de Córdoba y su provincia, desde hace siglos, la tauromaquia ha tenido singular presencia. Los espectáculos taurinos siempre han estado presentes en las fechas más señaladas, manteniéndose hasta nuestros días una tradición que ha tenido su mayor exponente en el nacimiento en esta tierra de los más insignes toreros, cuya máxima expresión son los cinco califas del toreo. Asimismo, la presencia histórico-cultural de la tauromaquia en Córdoba es apreciable en todo un conjunto de manifestaciones artísticas nacidas en torno las múltiples expresiones culturales que emanan del hecho taurino, como la pintura, escultura, arquitectura, música, etc. Asimismo, y en especial en la provincia cordobesa, la tauromaquia también tiene una indudable trascendencia como actividad económica y empresarial, y constituye un sector económico de primera magnitud, con una incidencia tangible en ámbitos diversos y dispersos como son el empresarial, fiscal, el agrícola-ganadero, medioambiental, social, alimentario, industrial o turístico, entre otros.
Por ello, no hay mejor lugar que la bellísima villa de Priego de Córdoba para acoger este año un festejo de los que configuran el Circuito de Novilladas de Andalucía, organizado por la Fundación del Toro de Lidia. El Coso de Las Canteras – que fuera inaugurado con toros de Miura por Rafael Molina “Lagartijo”, I Califa del toreo, y el también cordobés Rafael Bejarano “Torerito” – será testigo de la segunda semifinal en la que tendrá lugar un doble duelo taurino y ganadero: Calerito y Victor Barroso se enfrentarán a reses de las míticas ganaderías de Juan Pedro Domecq y Saltillo. Y todo ello en Córdoba, cuna y amparo del toreo, pues como concluyera Sánchez Mejías “si se nos expulsara de todas partes, Córdoba sería nuestro refugio “.
Francisco Gordón Suárez
Coordinador en Córdoba de la Fundación del Toro de Lidia.