Mario Gómez – Periodista de La Tribuna de Toledo
Toledo es un vergel de toreros y ganaderías. Desde matadores de toros a becerristas pasando por novilleros con y sin picadores, sin olvidarnos de subalternos y picadores. Echar la vista solo un puñado de años atrás y salir un rosario de nombres con los que poblar las primeras ferias, las cuadrillas de mayor abolengo o los carteles de máximo relumbrón. Y los que no son de la provincia, se acabaron afincando en ella por ser cruce de caminos entre norte y sur, así como tierra de muchos y buenos aficionados.
Con este preámbulo, no es descabellado plantear el hecho de que Jorge Molina y García Pulido, a pesar de contar con trayectorias diametralmente opuestas, son dos de los nombres destacados del escalafón de novilleros con caballos, puedan presentarse como serios candidatos al título.
Sin desmerecer a ninguno de los participantes, los que conocen a los toledanos pueden dar buena cuenta de dos estilos diferentes de toreo pero que pueden alcanzar altas cotas de cara a cualquier afrenta.
Molina tuvo una destacada trayectoria como novillero sin picadores, en la que llegó a crear un gran ambiente por los pueblos de Toledo y una trascendencia que llegó a rebasar las fronteras de dicha provincia. Tanto fue así que su nombre se anotó en los mentideros taurinos por un toreo vertical, de trazo largo y mano baja, de los que gustan por Castilla.
García Pulido, antes Guillermo García, se prodigó bastante menos en la provincia de Toledo, pero su proyección vino de la mano de la ET Yiyo, en Madrid. Logró torear la final del Camino hacia Las Ventas y hacerse un hueco también como valor en alza de la tauromaquia en la provincia.
Lo que Molina apunta ya lo demostró durante la pasada jornada del Circuito, un concepto sobrio y asentado, mediante el cual encandiló al público y al jurado pasando de fase, del mismo modo para el próximo día 24 García Pulido pondrá en liza sus credenciales para no quedarse atrás en su candidatura por el cetro taurino de la Comunidad de Madrid.
Se trata por tanto de un escaparate para que los novilleros puedan darse a conocer de la mejor forma que saben hacer, toreando; y que ante la situación del escaso número de novilladas, puede servir de escaparate para lanzar sus carreras.