Jordi Pérez, conocido en los carteles como «Niño de las Monjas» se define como «un chaval que se apuntó a la Escuela Taurina de Valencia y que quiere ser torero». Y es por lo que se esfuerza día a día.
Su participación en el Circuito de Novilladas de Castilla y León viene a través de esas plazas de intercambio que todos los Circuitos de la Liga Nacional de Novilladas tienen reservadas a novilleros de otras regiones. Unas plazas de intercambio importantes ( y necesarias) para darse a conocer fuera de tu tierra.
Jordi se siente emocionado e ilusionado con la novillada de este sábado en Arenas De San Pedro (Ávila), donde se jugará, ante novillos de La Guadamilla y Esteban Isidro, su pase a semifinales: «Es una oportunidad muy bonita y un escaparate muy bueno a nivel mundial». Enamorado de su tierra, Valencia, nos cuenta que ha tenido la oportunidad de «torear en Castilla y León de novillero sin caballos y en algún tentadero y es una tierra muy bonita y con mucho encanto».
Verse en el cartel de la gran final en El Espinar es una gran ilusión pero ganarlo, aún más: «Hay muchos compañeros y mucha competencia pero destaco que la lucha es conmigo mismo. Pero cuando uno sale a la plaza sale a darlo todo y no dejarse nada en el tintero». Para el Niño de las Monjas, el cartel de la final podría ser con Antonio Grande y Valentín Hoyos.
El miedo es miedo es una palabra que, para los que no somos toreros, damos por supuesto que se vive en el ruedo. Pero ellos están hechos de otra paste. Para Jordi Pérez el miedo «es una palabra que en mi día a día está muy presente por las circunstancias de la vida. Pero el miedo más importante que tengo es a afrontar los problemas como son realmente, a no evolucionar y crecer».