José Luis Seseña: “Álvaro me supera”

Por Nacho Márquez

Debutó con picadores por primera vez en su plaza natal de Aranjuez el 3 de abril de 1983. En la misma localidad tomó la alternativa en el 86 de la mano de José Mari Manzanares padre. Hoy acompaña a su hijo en el camino hacia el triunfo.

José Luis Seseña, matador de toros durante más de ocho temporadas y padre de Álvaro Seseña, habla en exclusiva para la Liga Nacional de Novilladas. Sabe que su hijo tiene todas las dotes para alzarse con el triunfo del Circuito de Novilladas de la Comunidad de Madrid.

Sincero, sin tapujos ni censuras, pero con tremenda humildad, no pone trabas en expresar toda su verdad. Ahora solo centrado en la preparación de Álvaro Seseña para el domingo en Valdetorres de Jarama. El novillero se enfrentará, todavía en la fase clasificatoria, a un novillo de El Retamar y otro de Fernando Guzmán Guzmán.

¿Cómo está afrontando Álvaro la Liga Nacional de Novilladas?

Muy ilusionado. Después de casi dos años sin torear. Desde el 15 de septiembre que se anunció por última vez hasta el 29 de mayo del 2021 que empezó la Liga, la verdad que es mucho tiempo. Está muy ilusionado.

¿Qué tipo de preparación está llevando para afrontar estos días, algo diferente a lo habitual?

No, Álvaro tiene una cosa que para mí es muy importante. Para él su preparación física siempre ha sido su vida. Hay chavales que yo he conocido, que hacer ejercicio les supone un sacrificio. Al final lo hacen porque es lo que toca si quieren ser toreros, pero les cuesta. En cambio, a mi hijo le gusta.

Sí que hemos intensificado el campo, hemos hecho tentaderos. Por ejemplo, ayer estuvimos en la ganadería de Fernando Guzmán, uno de los que matará en Valdetorres el domingo. Yo creo que está en un buen momento. Ya en Valdilecha estuvo bien. Quizá acusando un poquito la falta de rodaje en la plaza de toros. Cualquier chaval le pasa. Le vi algo “acamperao”, le falto algo de chispa, pero técnicamente bien. Ya lo hemos corregido para este domingo y va a ser una tarde importante.

¿Cómo le ha afectado el parón de la pandemia? Se ha hablado mucho de la catástrofe económica que ha supuesto para el sector, pero es un sufrimiento psicológicamente para un novillero. ¿Álvaro lo ha notado?

El principio de la pandemia lo encajó perfecto. Su madre y yo nos maravillamos. Lo estaba llevando mejor que nosotros, la verdad que parecía increíble que un chaval con su edad y estando anunciado el 4 de abril en Guadalajara en una novillada televisada con Tomás Rufo lo encajara tan bien.

Además, estaba en proyecto ir a Madrid y carteles que estuvieron ahí a punto de salir. Pero es verdad que este año al principio de la temporada tuvo un bajón. Él ya veía que era un segundo año con esta incertidumbre, parecía otra temporada sin torear. Con el ganado le vi yo peor, cuando uno pierde la moral no está igual.

Afortunadamente cuando salió el tema de la Liga de Novilladas de la Comunidad de Madrid empezó a motivarse. Vio que la temporada se encauzaba y eso le volvió a poner en un punto muy bueno.

Le está llevando el apoderamiento. ¿Cómo es llevar la carrera de su propio hijo?

No, yo soy su padre. He apoderado a novilleros y matadores, tanto en cuanto no salga una persona que pueda confiar en él y se ilusione con él, mi obligación estar ahí para apoyarle. Mientras deseando encontrar una persona que le ayude.

¿Cuántos años estuvo usted de matador? Tuvo una extensa carrera, ¿qué valores de su experiencia quiere transmitir a Álvaro en su carrera?

Yo estuve ocho temporadas, tomé la alternativa el 30 de mayo del 86 y estuve hasta la temporada del 93. Luego hasta el 2004 de banderillero.

Esto es una profesión que requiere el máximo de dedicación. En ese sentido Álvaro me supera, se lo toma muy en serio. Ser torero requiere dar el cien por cien y hay que saber cuándo uno no está. Pero sobre todo lo más importante es la disciplina. Yo siempre le puse en las manos de la Escuela Taurina de Madrid, creo que un padre no es la mejor opción. Debo de estar ahí para apoyarle, pero verle desde el tendido.

¿Cuándo se pasa más miedo, delante del toro o viendo a su hijo?

Es totalmente diferente. Cuando uno torea intenta o cree saber lo que está haciendo. Cuando torea otro, aunque esté acertando más de lo que uno cree, siempre surge la duda. Pero evidentemente, ver a tu hijo ahí siempre es más desagradable. Uno cuando torea el miedo que tiene es diferente que saber que el que corre el peligro es Álvaro. También es verdad que el toreo es esto, o se está o no se está. Es duro, es muy duro.

Si le tuviera que dar un consejo a largo plazo, ¿Cuál sería?

Todos los días le doy muchos. Pero sobre todo que siga siendo una persona como es. Álvaro es muy majo, con unos grandes valores. Es un gran aficionado, le gustan los toros y el campo. El consejo es que haga lo que le gusta para ser feliz en la vida que es lo más importante.

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