Por David Jaramillo
Cuando se anunció el nombre de Álvaro Alarcón en Valdilecha, en la novillada que marcaba el comienzo del Circuito de Novilladas de Madrid hace un par de semanas, pocos apostaban por lo que, a la postre, fue el alumbramiento de una de las grandes sorpresas que ha lanzado la Liga Nacional de Novilladas.
El toledano llegó sin apenas hacer ruido, con sólo dos novilladas picadas como bagaje, ambas en su Torrijos natal (una en 2019, la de su debut con picadores, y otra en 2020) y saldadas con sendas puertas grandes, pero sepultadas bajo la loza implacable de una pandemia que impidió que la repercusión de estos triunfos fuera mayor y que el rodaje que su toreo necesita para evolucionar tuviera un mejor panorama.
Lejos de desanimarse, Álvaro se refugió en el campo, donde ha podido prepararse a conciencia para esa “próxima” oportunidad, esa que no podía dejar pasar de ninguna manera si quería, definitivamente, ser alguien en esto.
Por eso, cuando su nombre salió entre los elegidos para disputar el trofeo del Circuito madrileño, Alarcón sabía que se le había abierto esa puerta que estaba esperando. Y lo cierto es que, con su actuación en Valdilecha, ha sabido demostrar que estaba en el buen camino.
Álvaro dejó ver aplomo y capacidad para domeñar las encastadas embestidas de un novillo de Flor de Jara, pero también un valor sereno, sin aspavientos, para plantarse con firmeza y dejar salir el toreo más suave por las yemas de sus dedos ante otro de Toros de Cortés. Es cierto que tiene que mejorar con el uso de la espada, pero no podemos olvidar que estamos ante un novillero con únicamente tres paseíllos con los del castoreño y que tiene mucho por evolucionar y corregir. Pero, sin duda, las cualidades que mostró en Valdilecha son un fundamento suficientemente sólido para que surja la esperanza.
Por lo pronto, el novillero de Torrijos tiene una nueva oportunidad el domingo 20 de junio en Torres de la Alameda, ante utreros de Villanueva y José González. Un día que puede marcar el comienzo de su consolidación como firme candidato, no sólo por el trofeo del Circuito de Madrid, sino como uno de los novilleros con mayor futuro del escalafón.
Es probable que esta Liga Nacional de Novilladas haya descubierto en Álvaro Alarcón uno de los secretos mejor guardados de Toledo. El tiempo se encargará de dar su veredicto, pero, de momento, ilusiona muchísimo seguir su evolución.