La tauromaquia es del pueblo y al pueblo hay que llevarla, por David Bustos

«La Tauromaquia es del pueblo y al pueblo vamos a llevársela», dijo el matador de toros Pablo Aguado en el acto de presentación de la que fue la I Gira de Reconstrucción organizada por la Fundación Toro de Lidia durante la temporada 2020. Una afirmación con un significado mucho más profundo y sentido de lo que muchos creyeron al escucharla. Una frase que, sin ningún tipo de duda, es la que mejor define el planteamiento de la ya presentada Liga Nacional de Novilladas. Una iniciativa tan necesaria, innovadora y rupturista como lo fue la Gira de Reconstrucción en estos difíciles tiempos de pandemia. Un proyecto, este de la Liga, que rompe con ese planteamiento de desidia en el que se había sumergido parte del sector taurino -sino todo- desde hace ya demasiados años. Frente a la desidia, ilusión. Frente al inmovilismo, trabajo y esfuerzo.

La Fundación está haciendo las cosas bien. O, mejor dicho, está sabiendo adaptar su trabajo a lo que el momento, el contexto y el sector exige y necesita. En un momento como el actual, donde las novilladas corren serio peligro e incluso han desaparecido en numerosos pueblos y plazas de España, la Fundación decide apostar por ellas. Y no solo apuesta por este tipo de festejos, sino que, además, apuesta por un formato innovador. Ahora que muchos aficionados exigen que haya variedad ganadera en las ferias, la Fundación ha querido hacer un esfuerzo y conceder ese deseo a los aficionados: habrá variedad de hierros y encastes, así como también habrá un elenco de novilleros variado y competitivo. Este último es un aspecto fundamental y un aliciente para esta Liga Nacional de Novilladas que dará un impulso necesario e importante a las novilladas en España.

La tauromaquia vuelve a los pueblos. A los pueblos de Andalucía, de la Comunidad de Madrid, de Castilla y León… Esta es una ocasión perfecta y diría que clave para volver a crear ese vínculo imprescindible entre los pueblos y los toros. La historia de la tauromaquia así lo demuestra. Cuando en los pueblos hay toros, los toros tienen futuro.

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