La importancia de las novilladas, por Javier Loricera

Las novilladas son esenciales en la Fiesta de los Toros. Los novilleros constituyen el hontanar del que saciará su sed la Fiesta en los años venideros y un elemento fundamental para perpetuar este arte singular. Cualquier feria que se precie debe reservar alguna de sus fechas para estos espectáculos y acoger los sueños de gloria de las futuras figuras del toreo. Siempre fue difícil abrirse un hueco en el complejo mundo de los toros, pero ahora lo es mucho más. En los últimos años hemos asistido a un posible desinterés por las novilladas en algunas ferias, hasta tal punto que incluso a aficionados de rancio abolengo les resultaba difícil nombrar a más de tres o cuatro novilleros.

Lamentablemente, lejos quedan ya los tiempos en que Julio Aparicio (padre) y Litri (padre) atrajeron hacia sí todas las miradas de los aficionados cuando militaban en el escalafón novilleril, eclipsando a todo el elenco de matadores. En el ecuador de la pasada centuria torearon mucho más ellos como novilleros que la torería andante del primer escalafón de aquel momento. La feria de San Jaime de Valencia de 1950 discurrió entre los días 24 y 29 de julio y estuvo compuesta por un ciclo de 6 novilladas; pues bien, Aparicio y Litri hicieron el paseíllo ¡LOS 6 DÍAS!, teniendo como compañeros de cartel a Dámaso Gómez, Félix Guillén, Francisco Honrubia, Chaves Flores, Enrique Vera; y en la última novillada del ciclo actuaron en un mano a mano. Para que se hagan una idea del interés que suscitó esta pareja de novilleros, hasta la Corrida de la Prensa de Madrid de 1950 se sustituyó por una novillada en la que torearon Aparicio y Litri en un esperado mano a mano.

Gracias al esfuerzo de la Fundación Toro de Lidia, este año la afición ha vuelto a ilusionarse con las novilladas, y los aficionados hablan de Manuel Diosleguarde, Manuel Perera, Diego San Román, Jorge Martínez, Carlos Olsina, Álvaro Burdiel, Sergio Rodríguez, Villita, Carlos Domínguez, Arturo Gilio, Antonio Grande, Jesús García, Isaac Fonseca…. y así, un largo etcétera.

Gracias por esta iniciativa que ha calado con gran entusiasmo entre la afición taurina. Castilla y León, Andalucía y Madrid ya han sido testigos de las buenas maneras de los integrantes del escalafón novilleril. Ahora, el Norte aguarda con impaciencia.

Ojalá continúe esta “liga” en ediciones posteriores, puesto que como dije al principio, de ello depende el futuro de la Fiesta.

Suerte para todos y permítanme terminar con un fragmento de la letra de “Novillero” del genial Agustín Lara:

 

Un domingo en la tarde se tiró al ruedo,

para calmar sus ansias de novillero.

Torero, valiente, despliega el capote sin miedo,

sin miedo a la muerte.

La Virgen te cuida, te cubre su manto

que es santo mantón de Manila.

Muchacho, te arrimas lo mismo en un quite gallardo,

que en las banderillas…

 

por Javier Loricera

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